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Fachada principal de nuestro colegio. |
Fue Luisa de Marillac (siempre supervisada por Vicente de Paul, algo necesario y normal en aquellos tiempos) quien, al ver el abandono educativo de los niños en los pueblos campesinos de Francia entre 1629 y 1633, intentó remediar esa situación. En un primer momento, lo que hizo fue formar a unas cuantas jóvenes de buena conducta para que impartieran clases en las Escuelas Parroquiales de la Caridad que organizó en aquellas zonas.
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En 1641, son trece las Escuelas Parroquiales atendidas por las Hijas de la Caridad en el ámbito rural y campesino. Es en este mismo año cuando “…Luisa de Marillac organiza la primera escuela vicenciana de París … y, anexa, la primera Escuela para la formación de maestras…” (hasta entonces, las hermanas acudían a Las Ursulinas para formarse). Cinco años después, “…Luisa piensa en un reglamento común para todas las escuelas, con un método propio: el vicenciano.”
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Grabado. Hijas de la Caridad en París. |
Ya en 1660, año en el que fallecen los fundadores de la Compañía de la Hijas de la Caridad, San Vicente de Paul y Santa Luisa de Marillac, en Francia ya habían 35 escuelas vicencianas: 12 en París y 23 fuera de la capital francesa; más dos en Polonia, una en Cracovia y otra en Varsovia.
“El secreto que ha mantenido el crecimiento y la expansión de nuestras escuelas desde estos orígenes hasta hoy es el perfil de calidad de las escuelas vicencianas: un perfil de sencillez y acogida, orden, respeto y disciplina, con una metodología activa muy cuidada.”
Sor Mª Angeles Infante, Hija de la Caridad, en su trabajo
Patrimonio de la Escuela Vicenciana en España.
Archivo y Museo de la Casa Provincial San Vicente (Madrid).
Entrada realizada por Bernardo.
Sor Mª Angeles Infante, Hija de la Caridad, en su trabajo
Patrimonio de la Escuela Vicenciana en España.
Archivo y Museo de la Casa Provincial San Vicente (Madrid).
Entrada realizada por Bernardo.
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